Crónica del homenaje a D. Manuel Fal Conde en el 50 Aniversario de su fallecimiento
- Museo Carlista de Madrid
- 16 sept
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Actualizado: 17 sept

Organizado por el Museo Carlista de Madrid, el pasado sábado 13 de septiembre se celebró en el Hotel Los Lanceros, de San Lorenzo del Escorial, un acto de homenaje a Manuel Fal Conde, al cumplirse este año el 50 Aniversario de su fallecimiento, ocurrido en Sevilla el 20 de mayo de 1975.
Al acto asistieron un centenar de carlistas y simpatizantes, entre los que se encontraban algunos procedentes de Asturias, Cataluña, Valencia, Pamplona, Sevilla, Valladolid, Toledo y otras partes de España.
Entre los asistentes, dejando aparte a las personas que intervendrían más directamente en el programa, y que se irán nombrando, se encontraban María Cuervo-Arango, Javier Garisoain y Rafael Fdez. de Clerck; Luís Florez Estrada y Orlandis Habsburgo, descendiente directo del rey carlista Don Carlos VII; Javier y Antonio Orbe, XXV conde de Almenara, descendientes del Marqués de Valdespina, que tanto han apoyado al Museo; Tirso de Olazábal, nombre mítico del carlismo, y Almudena de Maeztu, nieta del inmortal Ramiro de Maeztu; el general Fontenla y otros jefes militares en la reserva; el P. Gabriel Calvo Zarraute, que con tanto desvelo libra la batalla en el mundo digital; Coro Hernando de Larramendi, memoria viva de su padre, el inolvidable Luís Hernando de Larramendi, y representante de la Fundación a la que tanto debe el carlismo contemporáneo. Y tantos correligionarios, a los que esta crónica no permite mencionar a cada uno por su nombre, selectísimo ramillete de esos hombres y mujeres que mantienen viva la llama de la fe y de los ideales de la España tradicional.
Otras destacadas personalidades del carlismo excusaron su asistencia por circunstancias ajenas a su voluntad, y mandaron mensajes de adhesión al acto al organizador del evento.
El homenaje se dividió en tres partes. En la primera, una serie de intervinientes evocaron la figura de Fal Conde a través de los recuerdos recibidos de sus padres o abuelos, que tuvieron estrecha relación con D. Manuel.
El primero en tomar la palabra fue Javier Urcelay, fundador del Museo Carlista de Madrid y organizador del acto, quien trazo, con indisimulada emoción, un perfil biográfico de Fal Conde. Sus palabras en el acto han sido publicadas en el libro, recién editado por el Museo Carlista, que lleva por título Retablos de la historia carlista.

Le sucedió a continuación Irene Romera, hija de Ángel Romera, quien fuera gentilhombre y secretario político de Don Javier de Borbon-Parma durante más de una década. Al empezar su intervención, basada en las cartas conservadas por su padre, hizo entrega de unas fotografías de Don Manuel procedentes del archivo paterno, de gran valor histórico.

El tercero en intervenir fue Ricardo de Rada, nieto del entonces teniente coronel del mismo nombre, que fuera en la República y Alzamiento Inspector Nacional de Requetés. Rada leyó fragmentos de las cartas conservadas por su abuelo e intercambiadas con Fal Conde en los días inmediatamente posteriores al 18 de julio.


Tomó la palabra después Javier de Zavala, hijo en este caso del entonces comandante Juan de Zavala, que con el general Redondo escribiera el famoso libro “El Requete. La Tradición no muere”, que fue referencia para los carlistas de toda una generación. Su hijo Javier, autor de una magnífica biografía de su padre, publicada con el expresivo título de “La sensación me das de un roble milenario”, recordó la relación que mantuvo con Fal Conde a lo largo de las décadas posteriores a la guerra.

Finalmente, intervino Javier Barraycoa, que enardeció a los asistentes con un vibrante discurso, basado en lo que Fal Conde tiene que mostrarnos a los carlistas de hoy, como un ejemplo del que debemos aprender para los combates de nuestro tiempo.

Tras esta serie de intervenciones, largamente aplaudidas, y como transición a la segunda parte del acto, Javier María Pérez-Roldán presentó el libro del homenaje, recopilación de escritos de Manuel Fal Conde publicados en diversos revistas y periódicos. El autor de la recopilación explicó el contenido del libro, que sin recoger todos los escritos de Fal -tarea que habría dado lugar a una obra mucho más voluminosa-, si recopila en cambio los que pueden considerarse más importantes, como algunos que específicamente recalcó. Dada su condición de abogado de la acusación particular en los numerosos casos de corrupción relacionados con el presidente Sánchez, el abogado carlista compartió con la audiencia su pronóstico de que varios de los casos acabarían en condena, lo que mereció el aplauso de la sala.

Tras concluir su intervención, se dio paso a un segundo bloque dentro del programa del acto, en el que se presentaron una serie de creaciones artísticas en homenaje a Manuel Fal Conde. La primera fue el excelente retrato al óleo realizado por Carmen Gorbe Sánchez por encargo del Museo Carlista de Madrid, en cuyas salas pasará a estar expuesto. En el momento que se encargó el retrato, sólo se conocía otro de quien fuera jefe de la Comunión Tradicionalista, de autor que desconocemos y publicado en la portada de la biografía escrita por Martínez de Salazar. Solo posteriormente hemos sabido que en casa de una de las nietas de Don Manuel se conserva otro retrato, en este caso sedente y de mayor calidad artística que el anterior. En cualquier caso, el nuevo retrato pintado por Carmen Gorbe, cuya obra ya es conocida por los visitantes al museo, constituye una aportación de gran valor y un recuerdo a Manuel Fal Conde llamado a permanecer en el tiempo. La pintora recibió numerosas felicitaciones por la calidad de su retrato.


A continuación, se presentaron las pequeñas esculturas de Fal Conde con capote y uniforme carlista, realizadas mediante impresión 3D por el granadino Daniel Domenech, y el impresionante diorama del despacho de Fal en Sevilla, obra de Javier Ibáñez que causó admiración general, y al que sustituyó para la ocasión su propietario, Luis Palomar Maldonado.




La última intervención estuvo a cargo del joven pintor canario Ismael Francisco, autor de un extraordinario retrato al óleo de Carlos V en tiempos de la Primera Guerra Carlista. Uno de esos avatares hoy tan frecuentes en el funcionamiento de los transportes, en este caso de Iberia, privó al pintor de poder mostrar su cuadro al natural, que tuvo que ser sustituido por una fotografía del mismo realizada instantes antes de empezar el acto. El cuadro, sin duda uno de los más destacados entre las pinturas recientes de temática carlista, ha sido donado por su autor al Museo Carlista de Madrid, en el que quedará expuesto una vez que se encuentre su paradero en el caos aeroportuario y aduanero.

Esta parte del programa finalizó con la presentación, compartida entre Miriam Gordon en el micrófono y David Martín al piano, de la partitura conocida como Himno a Fal Conde, una de las muchas marchas cantadas por los requetés durante la guerra y años siguientes.
David no sólo tocó al teclado las notas del himno, sino que instó a los presentes a cantarlo con su acompañamiento, en un ejercicio mezcla de voluntad e impotencia que resultó uno de los momentos memorables, por entrañable y divertido, de la jornada.


Tras concluir las intervenciones previstas durante la mañana, los asistentes pudieron disfrutar de un vino español en las terrazas del hotel, ocasión para encontrarse con amigos y correligionarios y compartir impresiones sobre el desarrollo de la jornada.


La copa de vino dio paso a la comida de hermandad, celebrada en los amplios y elegantes salones del hotel.


A los postres, Javier Urcelay volvió a tomar la palabra para mencionar a destacados correligionarios que habían expresado su adhesión al acto, al no haber podido acudir presencialmente por diversas circunstancias. A continuación, cedió el micrófono a María Cuervo-Arango, la gran dama del tradicionalismo, pidiéndola que se dirigiera brevemente a los congregados. En sus palabras, como es en ella habitual, pidió mantener la fe en Dios y el compromiso para seguir trabajando por una Causa que es la de la Religión y la Patria, manteniéndonos siempre en obediencia al Papa.

El acto llegó a su momento cumbre con la lectura de dos mensajes muy especiales, recibidos por el organizador del acto para sumarse, a través de ellos, al homenaje que se llevaba a cabo a Don Manuel Fal Conde.
El primero de ellos procedía de Don Carlos Javier de Borbón-Parma, jefe de su rama dinástica y Duque de Parma. Don Carlos Javier había inicialmente aceptado la invitación a acudir al acto, pero por circunstancias adversas finalmente no fue posible contar con una presencia que tantas expectativas había despertado. En su lugar, encomendó a Juan Manuel Rodríguez, miembro de su Secretaría en España, que llevara a cabo la lectura del texto con el que mostraba su deseo de sumarse al homenaje.
En su mensaje, el actual Duque de Madrid se refirió a las relaciones que su abuelo Don Javier mantuvo durante décadas con Don Manuel Fal Conde, fruto no solo de las tareas políticas en las que juntos participaron, sino sobre todo de una misma fe religiosa y profunda vocación apostólica que ambos compartían. El mensaje de Don Carlos Javier merece una lectura atenta y se adjunta al final de esta crónica.

El segundo de los mensajes procedía de los descendientes de Don Manuel, representados por las cabezas de las familias formadas por sus nietos y bisnietos. La coincidencia de fechas con la celebración de la “falcondada”, en la que los más de ochenta descendientes directos de Manuel Fal Conde se reunían en Granada, impidió su participación en el acto, con una pena grande que Ana Fal Conde, hija de Domingo y nieta de Don Manuel, manifestó reiteradamente al organizador del homenaje.
Javier Urcelay, tras desear lo mejor a Ana Fal
Conde en los problemas de salud que atraviesa, prometiendo nuestras oraciones por su recuperación, pidió a José María Font que fuera él quien leyera el texto, en su calidad no solo de carlista y sevillano, sino también de persona que había tenido el privilegio de conocer y recordar personalmente a Don Manuel.
En medio de la emoción de todos y el silencio, José María fue desgranando la gavilla de recuerdos de infancia de sus nietos que componían el escrito, cerrado con un mensaje de agradecimiento no solo por el homenaje que se dispensaba a su abuelo, sino también por el regalo de Dios que para todos ellos suponía el formar parte de esa familia.

Tras las dos intervenciones referidas, que marcaron el acto culminante del homenaje, los presentes alzaron sus copas para unirse al siguiente brindis,
“Para que en el servicio a los ideales que compartimos, sepamos seguir el ejemplo de fe en Dios, de amor a la Patria, de olvido de uno mismo, de lealtad insobornable, y de caridad cristiana de los que hizo gala durante toda su vida Don Manuel Fal Conde”.
Acabado el acto, y antes de llevar a cabo la foto de grupo en los jardines de Felipe II próximos al hotel, los presentes se pusieron en pie para entonar juntos con voz vibrante, como se había hecho ya al cierre de la sesión de la mañana el canto del Oriamendi, seguido de los sonoros ¡Viva España! y ¡Viva Cristo Rey! que brotaron unánimemente de todas las gargantas.



Transcurridas apenas unas horas desde la conclusión del homenaje y apenas con tiempo de llegar los asistentes a sus casas, el responsable del Museo Carlista de Madrid y organizador del homenaje empezó a recibir decenas de mensajes de felicitación y satisfacción por la memorable jornada vivida, con votos para que la misma fuera la semilla caída en buena tierra que diera, cuando la Providencia así lo disponga, los frutos de un carlismo reverdecido, unido, abierto, esperanzado y alegre que todos deseamos.
De todo lo vivido dejamos testimonio en esta breve crónica para la posteridad, finalizando nuestro reportaje con el lema de los caballeros templarios, que hacemos nuestro en esta ocasión con más convicción que nunca: Non nobis, Domine, non nobis, sed nomini tuo da gloriam.
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